lunes, 30 de abril de 2012


Trillo (agricultura)


Un trillo es un apero o herramienta agrícola que ha quedado obsoleta; se destinaba a separar el trigo de la paja, es decir, a trillar. Es un tablero grueso, hecho con varias tablas, de forma rectangular o trapecial, con la parte frontal algo más estrecha y curvada hacia arriba (como un trineo) y cuyo vientre está guarnecido de esquirlas cortantes de piedra (lascas), o de sierras metálicas (cuchillas). Las dimensiones de los trillos variaban, pero, en España, suelen tener hasta dos metros de largo, por metro y medio de ancho (aproximadamente). Habiendo trillos más pequeños, hasta llegar a un metro de ancho por metro y medio de largo, más o menos.[1] El grosor de los listones de los trillos es de unos cinco o seis centímetros. Sin embargo, como actualmente, los trillos se hacen a medida, por encargo, o se preparan otros más pequeños, como adorno o souvenir, pueden ir, desde miniaturas, hasta los tamaños citados.[2] Claudio Boutelou define este instrumento agrícola propio del área mediterránea como:
«…de tres a cuatro pies de ancho y unos seis de largo, variando frecuentemente estas dimensiones, y se compone de dos o tres tablones ensamblados unos con otros, de más de cuatro pulgadas de grueso, en los que se hallan embutidas por su parte inferior muchos pedernales muy duros y cortantes que arrastran sobre las mieses. En la parte anterior hay clavada una argolla para atar la cuerda que le arrastra, y a la que se enganchan comúnmente dos caballerías; y sentado un hombre en el trillo lo conduce dando vueltas sobre la parva extendida en la era. Si el hombre necesita más peso, pone encima piedras grandes»
Claudio Boutelou, 1806[3]
El trillo era arrastrado, tradicionalmente, por dos mulas o por dos bueyes sobre la parva, es decir, sobre las mieses repartidas en la era. Al moverse en círculos sobre la cosecha extendida, las lascas, o las cuchillas, cortaban la paja y la espiga (que quedaba entre el trillo y el empedrado de cantos rodados del suelo de la era), separando la semilla sin dañarla. Posteriormente se amontonaba la parva trillada y se disponía para ser limpiada por medio de algún sistema de ventilado (aventado).




COFRE
Caja pequeña y resistente de metal o madera, con tapa y cerradura, que sirve para guardar objetos de valor
PANERA (Badajoz).- Recipiente de madera con restregadero para lavar la ropa.

ALDABA O LLAMADORES
Una aldaba es una pieza de metal que se pone en las puertas para llamar dando golpes.

[editar] Historia

Las primeras aldabas en la Edad Media fueron martillitos suspendidos de las hojas de las puertas por la parte exterior. La forma más típica y bien antigua es la de argolla en las más antiguas de hierro generalmente unida a una cabeza de bronce. Se golpeaba con ellas sobre una cabeza de clavo bastante gorda. Servían además como tiradores y en las puertas de algunas iglesias eran un signo de asilo que se requería asiéndose de dicha anilla.
De tan antigua costumbre habla San Gregorio de Tours. Dicha cabeza era de león o de grifo o de quimera. De león eran, por ejemplo, las de los llamadores de la portada de la catedral de Puy-en-Vélay del siglo XI y otra del siglo XIII de la puerta occidental de la catedral de Noyón. Esta clase de llamadores se destinaron especialmente a las puertas de las iglesias sin duda porque así lo pedía la tradición del derecho de asilo.
La forma de martillo se usó más en las casas particulares. Los más antiguos eran sencillísimos y estaban adornados con grabados a buril. Del siglo XV, existen muchos ejemplares de hierro forjado entre los cuales los hay preciosos delicadamente forjados y cincelados y con escudo pintado de los colores heráldicos correspondientes. Andando el tiempo, esas aldabas cayeron algo en desuso y sólo se conservaron para las puertas de las habitaciones rurales. Se sabe que en las puertas de los castillos hubo aldabas sin duda no adheridas más que a las hojas de las poternas sin puente levadizo o a las puertas de las murallas exteriores.




Aldaba con forma de león.
En España, se conservan todavía muchas puertas de iglesias y de casas señoriales notabilísimos ejemplos de aldabas y aldabones muchos de ellos de valor artístico. La forma más antigua y también más usual fue la de argolla suspendida bien de una anilla bien de una cabeza de león o grifo que se destaca en el centro de una placa circular o en el vértice de un cono cuya base está sobre la puerta. La argolla suele estar facetada de cuatro caras adornadas con labor lineal grabada que se repite generalmente en el disco. Se descubre en todos los caracteres de estos aldabones una influencia del arte árabe.
Aldaba (Orléans).
En la catedral de Bayona de Francia hay un ejemplar muy notable en hierro de trabajo español muy rico de adorno de cabeza de grifo que con la boca sujeta a aquélla. Parece datar del siglo XIII y sin duda, el tipo artístico persistió en el XIV pues en la península abundan ejemplares que solo varían en el tamaño. En muchos de ellos como en la puerta mudéjar (siglo XIV) de la sacristía de los Cálices en la catedral de Sevilla la cabeza del grifo destaca del centro de una estrella. Mucho más antiguo, del siglo XI, es el aldabón de la puerta árabe del castillo de Daroca que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de España. Consiste en una simple argolla pendiente del vértice de un cono todo de hierro. Otra forma muy susual es la de tirador formado por un grueso hierro curvado de modo que sus extremos revuelven hacia fuera pasando por dos anillas o abrazaderas de suspensión.
En Ávila, hay algunos ejemplares y también en casas modestas, de unas aldabas que hacen de tirador por lo que ofrecen dos semicírculos en la parte por donde se ase. En Toledo, abundan más los de argolla. También los hay de argolla en Barcelona.
El Renacimiento produjo también bellos llamadores en cuya composición extremaron su arte los cerrajeros. El tema más común es dos S contrapuestas. También se hicieron, aunque por excepción, aldabones de piedra. Buen ejemplo de ello son los dos de serpentina compuestos de una gran argolla suspendida de las fauces de un león que pertenecieron al palacio de Carlos V en Granada y que también se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional.
BISAGRAS ANTIGUAS
Una bisagra, gozne o pernio es un herraje articulado que posibilita el giro de puertas, ventanas o paneles de muebles. Cuenta con dos piezas, una de las cuales va unida a la hoja y gira sobre un eje permitiendo su movimiento circular.
TODAS ESTA BISAGRA Y MAS GRANDE ESTAN EN CASA MUSEO ALEJANDRO
CERROJO ANTIGUO
cerrojo s. m.
1   Barra de hierro que pasa a través de las anillas de un soporte y que sirve para cerrar una puerta, una ventana u otra cosa semejante.
2   Pieza de algunas armas de fuego que contiene el percutor, empuja las balas hasta la recámara y cierra esta.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

cerrojo 
m. Barreta de hierro con manija que, sostenida por dos armellas y entrando en otra o en un agujero dispuesto al efecto, cierra una puerta o ventana.
Mecanismo que cierra la recámara de algunas armas de fuego.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
TODOS ESTOS CERROJOS Y MAS ESTAN EN CASA MUSEO ALEJANDRO
CANDADO ANTIGUO
El candao es una cerradura portatil ya que donde no se puede poner una cerradura normal se pone uno con una cadena.

Al finales de siglo XVII son pantentado por un Escandinavo.
1921 se mejora al candado Escadinavo.
BOCALLAVES ANTIGUOS Parte que se pone encima de la cerradura,por la cual se mete la llave, otro la define como OJO de la cerradura.
ESTOS BOCALLAVES SON ALGUNOS DE SIGLOS XVII-XVIII

domingo, 29 de abril de 2012

CERRADURAS
Una cerradura es un mecanismo de metal que se incorpora a puertas y cajones de armarios, cofres, arcones, etc., para impedir que se puedan abrir sin la llave y así proteger su contenido.
Este mecanismo se puede accionar mediante una llave de metal, normalmente acero. En la actualidad, aparte de las cerraduras mecánicas, existen otras como las electro-mecánicas o las electrónicas, en las que la llave puede ser una tarjeta de plástico o PVC. La llave encaja en la cerradura por el llamado «ojo», que es un agujero situado normalmente en la parte central del cilindro de la cerradura.
En la actualidad, aproximadamente el 80% de las cerraduras con cilindros mecánicos (con llaves de dientes de sierra o de puntos) e incluyendo entre éstas a las de las puertas de seguridad y acorazadas, han dejado de ofrecer la seguridad con la que fueron concebidas a causa de la difusión por internet de técnicas como la del bumping -hasta ahora utilizada en asaltos por bandas organizadas pero hoy accesible a todo tipo de delincuentes- que suponen un riesgo evidente para sufrir accesos indeseados, robos y hurtos. Por ello la tecnología ofrece soluciones aplicadas a las cerraduras que aportan verdadera seguridad, como el caso de las cerraduras con cilindros electrónicos, con el sistema BlueChip o similar.
Por otra parte, cabe agregar que el sistema de cerraduras con llaves de diente de sierra es superado - en terminos de factibilidades de violación- por las llamadas cerraduras doble paleta.
Las cerraduras doble paleta son cerraduras cuyo bocallave u «ojo» corresponden a llaves del tipo doble paleta: las llaves doble paleta son llaves de dos paletas que por lo general reflejan un par de conjunto de «dientes» (reflejos de la ubicación de cada una de las combinaciones) de manera diametralmente opuestas; en otros términos, por lo general, en las llaves doble paleta, el último diente de un lado equivale al primer diente del otro lado.
Se llama cerrajero al oficio o artesano que fabrica, repara o instala cerraduras.

Partes de una cerradura

Todo el mecanismo de la cerradura está encerrado en una-caja de hierro llamada palastro. Esta caja se compone de un fondo rectangular sobre el cual están aplicados los bordes realzados o dobleces de los cuales los tres por donde no pasa el pestillo se denominan el tabique. A veces en lugar de doblar el hierro para formar la caja los rebordes se construyen aparte dejándoles unas colas salientes que se robran sobre el palastro.

El pestillo de la cerradura es una especie de cerrojo movido por una llave. La cabeza del pestillo es la parte que sale de la cerradura. El pestillo lleva por un lado unas partes salientes o barbas sobre las cuales obra la llave, por otro hay unas muescas sobre las cuales cae el fiador del muelle, parte indispensable para retener el pestillo en su sitio e impedir que corra sin la acción de la llave la cual al mismo tiempo que empuja el pestillo por una de las barbas, levanta el muelle y saca el fiador de su sitio. El pestillo es simple o de rastrillo según esté formado de un solo trozo o tenga varios dientes. En el interior de la cerradura hay ciertas piezas contorneadas que encajan en unos recortes de la llave llamados guardas. Éstas sirven para oponerse al movimiento de toda llave que no tenga las muescas proporcionadas. La llave se compone del anillo en que se aplica la nano, del tronco horadado con botón y del paletón. El paletón consta del morro, parte plana y corva que toca al pestillo de la cerradura y de cuerpo que es la parte comprendida entre el morro y el tronco. El paletón tiene diferentes muescas para dar paso a las guardas de la cerradura las cuales reciben diferentes nombres según sus posiciones como el tornillo, la bocina, la cruz cumplida, la de Caravaca, la muleta, el báculo, etc. El tronco no siempre tiene un agujero cilíndrico algunas veces es de forma de trébol, de hierro de lanza, etc.

LLAVES DE CASAS ANTIGUAS,Es un intrumento hecho de cobre o de hierro que se usa para abrir y cerra la cerradura de cosa que quiere protejer segun el tamaño de la cosas tenemos varios tipos de llaves de porton,joyero,armario, e.t.c
TENGO LLAVES DEL SIGLO XVII.
LLAVES FIJAS ANTIGUA (HERRAMIENTAS)Se utiliza para apretar o flojar una tuerca de tornillo y tienes diversa formas esta que pongo son de  CASA MUSEO ALEJANDRO
































































COBRE

Edad Media y Edad Moderna

La resistencia a la corrosión del cobre, el bronce y el latón permitió que estos metales hayan sido utilizados no sólo como decorativos sino también como funcionales desde la Edad Media hasta nuestros días. Entre los siglos X y XII se hallaron en Europa Central grandes yacimientos de plata y cobre, principalmente Rammelsberg y Joachimsthal. De ellos surgió una gran parte de la materia prima para realizar las grandes campanas, puertas y estatuas de las catedrales góticas europeas.[19] Además del uso bélico del cobre para la fabricación de objetos, como hachas, espadas, cascos o corazas; también se utilizó el cobre en la Edad Media en luminarias como candiles o candelabros; en braseros y en objetos de almacenamiento, como arcas o estuches.[20]
Los primeros cañones europeos de hierro forjado datan del siglo XIV, pero hacia el siglo XVI el bronce se impuso como el material casi único para toda la artillería y mantuvo ese dominio hasta bien entrado el siglo XIX.[21] En el Barroco, durante los siglos XVII y XVIII, el cobre y sus aleaciones adquirieron gran importancia en la construcción de obras monumentales, la producción de maquinaria de relojería y una amplia variedad de objetos decorativos y funcionales.[22] Las monarquías autoritarias del Antiguo Régimen utilizaron el cobre en aleación con la plata (denominada vellón) para realizar repetidas devaluaciones monetarias, llegando a la emisión de monedas puramente de cobre, características de las dificultades de la Hacienda de la Monarquía Hispánica del siglo XVII (que lo utilizó en tanta cantidad que tuvo que recurrir a importarlo de Suecia).[23