sábado, 5 de mayo de 2012


DUCHA



Antigua ducha.
Se entiende como ducha o regadera (en México y Venezuela) al baño en el que el agua cae sobre el sujeto, estando éste de pie y sin producirse acumulación de agua, pues la usada se dirige directamente al desagüe, o a la acción de usar estas instalaciones.
Las duchas se pueden usar tanto en cuartos de baño domésticos, como en duchas públicas (cárceles, gimnasios, etc) y se deben usar obligatoriamente en la mayoría de las piscinas públicas.
La acción de ducharse, se realiza normalmente en una bañera o plato de ducha, que dispone de una manguera que se puede orientar con las manos o una parte fija sobre la cabeza del usuario, donde se dispone de un cabezal que distribuye el agua en varios chorros finos.
En los platos de ducha, generalmente están fijos sobre la cabeza del usuario, o se disponen a lo largo de todo el cuerpo para duchas de hidromasaje, y generalmente protegida por una mampara de cristal o metacrilato translúcido.
Las duchas usadas en las bañeras, tienen una manguera flexible, donde el usuario orienta el cabezal a donde desee o puede fijarlo a la pared sobre su cabeza mediante un soporte previamente instalado.
 

 Historia

Sus orígenes se remontan a la antigua Grecia y al antiguo Egipto aunque la ducha moderna se remonta al siglo XIX. Existe alguna evidencia de que los antiguos egipcios y mesopotámicos pertenecientes a la clase alta poseían, en la intimidad de sus hogares, ciertos espacios interiores, donde eran bañados por sus sirvientes.[1] Sin embargo, estos lugares eran muy diferentes de una ducha moderna, pues sólo tenían rudimentarios sistemas de drenaje y el agua era transportada, y no bombeada, hasta la habitación.
La primera civilización que utilizó un tipo de instalación que hoy podríamos considerar como una ducha fueron los antiguos griegos. Sus acueductos y su alcantarillado hecho con tuberías de plomo permitían que el agua que se bombease hacia dentro y hacia fuera de las grandes salas de duchas comunales utilizadas tanto por las élites como por los ciudadanos comunes.[2] Estas habitaciones han sido descubiertos en las excavaciones de la ciudad de Pérgamo y también parecen estar representadas en la cerámica de la época. Las descripciones son muy similares a un vestuario de ducha moderna colectiva, e incluso poseían barras para colgar la ropa.[1] Los antiguos romanos en su amor por todo lo griego también siguieron esta costumbre. Sus famosas casas de baños se pueden encontrar en todo el Mediterráneo llegando hasta Inglaterra. Los romanos no sólo tenían estos baños y duchas, sino que los empleaban múltiples veces a la semana, incluso todos los días. Después de la caída del Imperio Romano y el surgimiento del Cristianismo, la práctica de lo que hoy se considera una buena higiene se convirtió en un tabú religioso y fue abandonado casi por completo desde la Baja Edad Media hasta la época victoriana.[3]
Los relativamente avanzados sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento de aguas residuales desarrollados por los griegos y los romanos rápidamente se deterioraron y cayeron en desuso tras la caída de los grandes imperios. No fue hasta el siglo XIX cuando fue posible reconstruir un sistema tan complejo y fiable como las cloacas griega y romana. Las primeras duchas en la era moderna eran bloques autónomos donde el agua podía ser reutilizada varias veces.[4] En el siglo XIX (probablemente hacia 1810, aunque hay una cierta contradicción entre las fuentes), la ducha tipo English Regency fue inventada de forma anónima.[1] El diseño original tenía más de diez pies de altura (más de dos metros), y estaba hecha de varios tubos de metal pintados simulando el bambú. En la parte superior de la unidad había un depósito conectado con estos tubos. El agua se salía a través de una boquilla y caía sobre los hombros de los propios ocupantes antes de ser recogida y bombeada de nuevo hasta el depósito superior. Este prototipo sufrió varias renovaciones incluyendo modelos con bombeo manual, modelos con varios pulverizadores, y los que poseían boquillas intercambiables. La reinvención de las tuberías de plomo para uso interior sin excesivas fugas, alrededor de 1850, permitió que la duchas independientes pudieran ser conectadas a una fuente de agua corriente, lo que facilitaba su uso. Además, el aumento en el acceso al agua caliente hicieron el baño mucho más cómodo y popular. El doctor Merry Delabost, jefe médico de la prisión Bonne-Nouvelle, de Ruan, inventó un modelo mejorado de ducha hacia 1872, con el fin de darle a los presos una mejor higiene. Se trataba de duchas colectivas, aunque el sistema de chorro era individual. En 1879 el ejército prusiano hizo obligatoria la ducha entre sus soldados e instaló duchas comunes en los barracones.
Incluso con las nuevas mejoras en su diseño, la ducha siguió siendo menos popular que el baño en los países industrializados hasta la segunda mitad del siglo XX.


 Uso Público ESTA ES DE CASA MUSEO ALEJANDRO EN SU PATIO

Siguiendo la tradición de la antigua Grecia, muchas modernas instalaciones deportivas y acuáticas (gimnasios, piscinas públicas, polideportivos) están equipadas con duchas colectivas. Estas pueden estar distribuidas en forma de compartimentos individuales equipados con cortinas para mantener la privacidad, o ser espacios de ducha en grupo al igual que las que se muestran en la cerámica griega antigua. Esta última suele ser una sala sin divisiones, con varias boquillas o cabezales de ducha, ya sea instalados directamente en las paredes de la habitación, o en puestos regularmente espaciados.
La necesidad de lavarse después de hacer un ejercicio vigoroso ha propiciado que diversos modelos de platos de ducha, llamados duchas de campo, hayan sido puestos en uso por los gobiernos y fuerzas militares en todo el mundo. Las armas modernas utilizadas en el campo de batalla a menudo dejan peligrosas secuelas, incluidos productos químicos cáusticos, agentes biológicos mortales y materiales radiactivos, que pueden dañar no sólo los objetivos previstos, sino también las fuerzas del propio bando agresor. Las duchas de campo pueden ser usadas por lo tanto como duchas de descontaminación y son empleadas a menudo para eliminar estos residuos peligrosos, y potencialmente mortales, del cuerpo de un soldado.[5]

 Uso doméstico

A pesar de las innovaciones en la fontanería y en el tratamiento del agua, la ducha doméstica es bastante similar a como lo fue en el siglo XIX. Los dos tipos más comunes de duchas son la cabina de ducha y la bañera/ducha. El primer tipo es simplemente una ducha protegida por una puerta de cristal o plástico que protege la intimidad y evita salpicaduras de las gotas de agua fuera del plato de ducha. La bañera combinada con ducha se puede utilizar tanto para tomar un baño como una ducha, y está protegida por una cortina de ducha deslizante o una mampara abatible, plegable o deslizante, con la misma finalidad de favorecer la privacidad y evitar la salida del agua.
Aunque la mayoría de las duchas domésticas tienen una boquilla de una sola cabeza, en algunos cuartos de baño personalizados se pueden encontrar duchas con varios cabezales (cabinas de hidromasaje...), en algunos casos con modificaciones más eleboradas (sauna...)




 

El uso de la ducha se ha disparado en la segunda mitad del siglo XX. La higiene personal se convirtió en una preocupación principal, y bañarse o ducharse todos los días o varias veces al día es común entre las culturas occidentales.[10] Ducharse es generalmente más rápido que el baño y utiliza menos agua.[11] Este concepto de rapidez y eficiencia explica su popularidad, ya que encaja con el estilo de vida agitado de la gente moderna. Además, la ducha, en vez de tomar un baño, se recomienda para las personas mayores, ya que reduce el riesgo de lesiones relacionadas con caídas.[12

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