Pablo Cordovilla Alburquerque
Alejandro Domínguez López es un pacense de origen
gallego que hace siete años se afincó en Alburquerque tras elegir la ciudad del Castillo de Luna, “por la
tranquilidad que se vive en los pueblos, y particularmente por su arquitectura
y tras enamorarme de sus fiestas medievales”.
Su amor al arte y al coleccionismo, practicado a lo
largo de sus 57 años, le llevó a buscar un lugar donde establecerse y dar
cobijo a su basta colección de antigüedades. Así, adquirió un palacio semiarruinado del siglo XVII, ubicado en
la calle Romanos, y tras restaurarlo y ocupar sus estancias con muebles y
enseres de distintas épocas, desea ahora mostrar al público toda esta riqueza
patrimonial atesorada en su vieja casona. “Mi intención es convertirla en casa
museo, porque la casa en sí ya merece la
pena ser visitada y porque, entre esta ingente cantidad de objetos, muebles,
fechaduras, cerámicas, cuadros, libros,
marcos, etcétera, tengo piezas bastante valiosas que he ido coleccionando”.
Es por ello por lo que desde hace seis años viene
realizando distintas gestiones para poner en valor tanto el continente como el
contenido. “Estoy a la espera que técnicos de la oficina ARI (Área de
Rehabilitación Integral) de Alburquerque me visiten, fechen la casa y valoren todo lo que tengo en
ella, como paso previo al que será futuro museo”.
Aunque su intención última es abrir al público el palacio, no le mueven
motivos económicos. “No quiero hacer
negocio, sino mostrar todo esto y que la gente que venga disfrute con ello como
yo lo hago, gente que tenga inquietudes culturales, que profesen y compartan
conmigo el amor a los objetos antiguos,
a su restauración . Pese a todo, reconozco que no me vendría mal alguna ayuda
para el mantenimiento”. Mientras tanto, invita a cualquier interesado a que le
visiten y se conozcan sus antigüedades.
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