Trillo (agricultura)
Un trillo es un apero o herramienta agrícola que ha quedado obsoleta; se destinaba a separar el trigo de la paja, es decir, a trillar. Es un tablero grueso, hecho con varias tablas, de forma rectangular o trapecial, con la parte frontal algo más estrecha y curvada hacia arriba (como un trineo) y cuyo vientre está guarnecido de esquirlas cortantes de piedra (lascas), o de sierras metálicas (cuchillas). Las dimensiones de los trillos variaban, pero, en España, suelen tener hasta dos metros de largo, por metro y medio de ancho (aproximadamente). Habiendo trillos más pequeños, hasta llegar a un metro de ancho por metro y medio de largo, más o menos.[1] El grosor de los listones de los trillos es de unos cinco o seis centímetros. Sin embargo, como actualmente, los trillos se hacen a medida, por encargo, o se preparan otros más pequeños, como adorno o souvenir, pueden ir, desde miniaturas, hasta los tamaños citados.[2] Claudio Boutelou define este instrumento agrícola propio del área mediterránea como:«…de tres a cuatro pies de ancho y unos seis de largo, variando frecuentemente estas dimensiones, y se compone de dos o tres tablones ensamblados unos con otros, de más de cuatro pulgadas de grueso, en los que se hallan embutidas por su parte inferior muchos pedernales muy duros y cortantes que arrastran sobre las mieses. En la parte anterior hay clavada una argolla para atar la cuerda que le arrastra, y a la que se enganchan comúnmente dos caballerías; y sentado un hombre en el trillo lo conduce dando vueltas sobre la parva extendida en la era. Si el hombre necesita más peso, pone encima piedras grandes»El trillo era arrastrado, tradicionalmente, por dos mulas o por dos bueyes sobre la parva, es decir, sobre las mieses repartidas en la era. Al moverse en círculos sobre la cosecha extendida, las lascas, o las cuchillas, cortaban la paja y la espiga (que quedaba entre el trillo y el empedrado de cantos rodados del suelo de la era), separando la semilla sin dañarla. Posteriormente se amontonaba la parva trillada y se disponía para ser limpiada por medio de algún sistema de ventilado (aventado).
Claudio Boutelou, 1806[3]
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