ARMA Y SUS HISTORIA ES MUY AMPLIA EN TODAS SUS RAMAS
Un
arma es una
herramienta de agresión útil para la
caza
y la autodefensa, cuando se usa contra animales, y puede ser utilizada
contra seres humanos en tareas de ataque, defensa y destrucción de
fuerzas o instalaciones enemigas, o simplemente como una efectiva
amenaza. Un arma es por tanto un dispositivo que amplía la dirección y la magnitud de una fuerza.
[1]
Según otra interpretación, podrían definirse como los dispositivos más
sencillos que utilizan ventajas mecánicas para multiplicar una fuerza.
[2] En
ataque,
las armas pueden ser utilizadas como un instrumento de coacción, por
contacto directo o mediante uso de proyectiles. Estas herramientas, por
tanto, van desde algo tan sencillo como un palo afilado a un complejo
aglomerado de tecnologías, como un
misil balístico intercontinental.
En sentido metafórico, cualquier cosa capaz de causar un daño puede ser
entendido como arma, y en este sentido se interpreta el desarrollo de
la
guerra psicológica durante las guerras del
siglo XX.
[cita requerida]
Más recientemente, se han diseñado armas no letales, diseñadas para ser
utilizadas por grupos paramilitares, fuerzas de seguridad o incluso
tropas en combate, y cuyo objetivo es provocar daños suficientes para
neutralizar a un adversario sin causarle la muerte y minimizando su
impacto sobre el medio ambiente.
[3] En la práctica, se entiende que
cualquier elemento capaz de dañar
podría ser considerado un arma, (aun cuando si ésta no fuera su
principal función), dependiendo de las circunstancias y fines con que se
las utilice. Criterio similar es utilizado en la
Ciencia del Derecho, donde el
puño, pese a no ser su función inmediata la de dañar, puede llegar a ser considerado un arma.
[cita requerida] Sin embargo, según el
Derecho penal
vigente en muchos países, un objeto no puede ser considerado como arma
si no fue creado con las funciones específicas de ataque o defensa. Por
ejemplo, la legislación
española establece que:
En este sentido, para que un objeto pueda ser reputado jurídicamente
como "arma", al momento de su fabricación debe haber tenido como
finalidad primordial la de ser utilizado como "arma", ya sea de ataque o
defensa.[4]
Concepto teórico
La función básica del arma no ha cambiado desde la antigüedad. Las armas hacen una o más cosas de entre las siguientes:
- Concentrar presión:
el borde afilado de una piedra rota o un palo puntiagudo aplicarán más
fuerza por unidad de área y hará mucho más daño que el lado sin filo o
punta. La dureza del material determina la capacidad de aplicar o resistir la presión.
- Energía
acumulada: un objeto acumula energía cinética mientras la persona lo
acelera y libera esta energía, en un lapso de tiempo más corto, sobre el
blanco; de esta manera amplifica la potencia del objeto y el poder de la persona.
- Fuerza proyectada: una piedra lanzada o un palo largo permiten dañar a un adversario desde cierta distancia. El daño se deriva de la energía cinética acumulada en el trayecto, dispersada en el momento del impacto.[5]
- Por otra parte, las armas modernas pueden combinar varios de estos
factores para causar mayor destrucción (Véase la lista de armas según
tipo al final del artículo).
Las armas pueden ser ofensivas -adecuadas para que la transformación
de energía recaiga sobre un objetivo-, o defensivas, dirigidas a
neutralizar, evitar o al menos absorber parte de la energía que un
enemigo pueda concentrar sobre nosotros. Más adelante se analizan con
mayor detalle según criterios más específicos.
Armas prehistóricas
Un conjunto de artefactos
neolíticos, compuesto por brazaletes, hachas, formones, y herramientas para pulir.
La observación de otras especies de mamíferos superiores, como los
chimpancés, ofrece la posibilidad de observar el uso rudimentario de herramientas, y las armas no escapan a esta definición.
[6] Craig Stanford, experto en
primates y profesor de
antropología en la
Universidad del Sur de California ha sugerido que el descubrimiento de "
lanzas" rudimentarias -esto es, palos más o menos afilados- por parte de los
grandes simios se puede evidenciar, por
analogía, el descubrimiento de las primeras armas utilizadas por la humanidad, hace alrededor de cinco millones de años.
[7]
De un modo natural, por tanto, los palos y las estacas afiladas han
compuesto el primer arsenal de la humanidad, y es más que probable que
se utilizasen también como
proyectiles, junto a piedras pequeñas. Estas herramientas pudieron haber sido muy útiles para el ser humano cuando su propia
evolución biológica
le hacía más lento, más torpe, más pequeño o más débil que otras
criaturas con las que competía por los recursos. Efectivamente, en la
competencia contra animales provistos de cuernos, garras, colmillos
afilados o una piel impenetrable, las armas deben considerarse como una
herramienta muy beneficiosa para la
supervivencia de la especie humana, quien por otra parte pronto recurrió a esas defensas naturales para perfeccionar su propio armamento. De cualquier modo, las
hachas
de piedra son las primeras armas humanas desarrolladas específicamente
para causar un daño mediante un contacto directo, utilizadas como un
amplificador sencillo de energía. Los primeros proyectiles de los que se
tiene una datación fiable son ocho lanzas de madera, llamadas
Schöninger Speere, que se estima fueron construidas hace 400.000 años.
[8]
Hace aproximadamente unos 250.000 años se empezó a utilizar el fuego
para endurecer las puntas, y las primeras piedras talladas manualmente
como punta de
lanza se han datado alrededor del 80.000 a. C. Veinte milenios más tarde, el
arco y las
flechas
supusieron una revolución en la tecnología armamentística, al
multiplicar la fuerza ejercida reduciendo además el esfuerzo muscular
del usuario.
[9] La primera
jabalina conservada debió utilizarse hacia el 42.000 a. C. Durante la etapa
Paleolítico, se empezaron a utilizar dardos, más precisos que las flechas, y el
átlatl -un arma utilizada como propulsor de lanzas- más antiguo hallado ronda los 27.000 años.
Armas de la antigüedad
Las armas de la antigüedad ofrecían numerosas ventajas sobre sus precedentes
prehistóricos,
con mejoras significativas en cuanto a sus materiales y técnicas de
uso, así como por su mayor durabilidad. El aprendizaje de la fusión de
los
metales convirtió a los
herreros
en figuras muy importantes en todas las comunidades humanas, y parte de
sus atributos mágicos se debían a la revolución tecnológica que
representaban las
espadas de hierro, los
escudos y la
armadura
personal. De este refinamiento técnico se siguió un mayor refinamiento
táctico, de modo que empezaron a diseñarse armas para fines específicos,
como la
alabarda o el
casco. La difusión de la
rueda y la
equitación, paralelas al desarrollo
metalúrgico, forjaron la primera unidad militar compuesta, el
carro de guerra, cuya invención se fecha alrededor del
siglo XX a. C. y cuyo uso tuvo su clímax en torno al
siglo XIII a. C. a.C. (véase la
Batalla de Qadesh). La formación de unidades montadas en esta época supuso la creación de un paradigma militar, la
caballería, que perviviría hasta bien entrado el
siglo XX.
Armas de la Edad Media
El fin de la antigüedad en
Europa, definido por el
Gran Cisma y la difusión de la sociedad
feudal, vino aparejado a una nueva revolución en los armamentos: Por un lado, mediante la edificación de grandes
edificaciones defensivas, y por otro, con el perfeccionamiento de
armas de asedio. La caballería adquiere un valor de
estatus social. La
nobleza se identifica con la
fuerza militar -el
Caballero feudal-, y ocupa junto a la
monarquía y el
clero la posición dominante en la estricta jerarquía feudal. Este modelo
sociocultural, que pervivió durante siglos, va a cambiar hasta propiciar el llamado
Renacimiento, definido también por la aparición de la
pólvora, que planteó un paradigma completamente nuevo en la
estrategia militar.
Armas de la Edad Moderna
La
pólvora, fue introducida en
Europa desde
oriente cerca del año
1200, marcó el inicio de una nueva revolución bélica. Durante el
Renacimiento se van perfeccionando armas como la
bombarda, la
culebrina o la
espingarda. La
guerra adquiere un carácter completamente nuevo, surgiendo en consecuencia nuevos tipos de
barcos, como el
galeón o el
bergantín. El progresivo refinamiento de esas
armas de asedio redundaron en la aparición de
armas de fuego de uso personal, un elemento clave, para los
conquistadores españoles hacia la
era de los descubrimientos. Esta tecnología afectó decisivamente la historia del mundo a nivel intercontinental.
Los carniceros desolaron las islas. Guanahani
fue la primera en esta historia de martirios. Los hijos de la arcilla
vieron rota su sonrisa, golpeada su frágil estatura de venados, y aun en
la muerte no entendían. Fueron amarrados y heridos, fueron quemados y
abrasados, fueron mordidos y enterrados. Y cuando el tiempo dio su
vuelta de vals bailando en las palmeras, el salón verde estaba vacío.
Sólo quedaban huesos rígidamente colocados en forma de cruz, para mayor gloria de Dios y de los hombres.
Canto III. Los Conquistadores - Vienen por las islas (1493), por
Pablo Neruda
Las armas de fuego suponían un salto cualitativo, puesto que la energía era almacenada en un material explosivo, denominado
propelente,
como la pólvora, en lugar de depender de un peso o un movimiento
provocado por el usuario. Esa energía se libera a mayor velocidad, y el
dispositivo puede ser reutilizado sin fatiga del material ni del
portador, en un lapso de tiempo relativamente breve. Las armas de fuego
se convirtieron en un factor imprescindible para la formación de los
grandes
imperios del
siglo XVII,
[10]
y fueron objeto de numerosos estudios destinados a mejorar tanto su
alcance como su potencia, precisión o velocidad de recarga. Desde la
Guerra de Independencia de los Estados Unidos hasta los principios del
siglo XX,
las armas de combate cuerpo a cuerpo fueron finalmente desechadas del
campo de combate, debido al poco rango de las mismas y su difícil uso
dentro de dicho rango. A veces mencionada como la
era del rifle, este período se caracterizó por el desarrollo de
armas de fuego para la
infantería y de
cañones para el soporte de las
tropas, así como el inicio de la automatización de las armas. En
América del Norte, la
población india
se vio desplazada de sus asentamientos ancestrales tras haber sido
convencidos, primero por las armas y después por la diplomacia, de la
conveniencia de trasladarse a una
reserva india.
[11] Más adelante, durante la
Guerra Civil, nace el primer
acorazado y la primera
ametralladora en los
Estados Unidos. Por otra parte, el uso de la
máquina de vapor sustituyó a la
navegación a vela que había sido, desde la antigüedad, la fuerza motriz por excelencia de cualquier
embarcación. A grandes líneas, este contexto es el dominante -con notables variaciones según país- en la mayoría de ejércitos modernos del
siglo XIX.
Armas del siglo XX
El ritmo de las mejoras en tecnología bélica se multiplicó durante los grandes conflictos bélicos del
siglo XX. Durante la
Primera Guerra Mundial va a producirse el fin de la era de las armas de filo, y la consagración de la
infantería y la
artillería como armas esenciales. Nuevos tipos de arma, como el
cañón howitzer, eran capaces de destruir cualquier tipo de construcción.
El avión, con una década de vida, también pasó a formar parte de los ejércitos modernos, y fue protagonista de muchos
campos de batalla, junto a las recién diseñadas
unidades blindadas que reemplazaron a la caballería como unidad autopropulsada. En el mar, aparecen
submarinos.
Como característica del conflicto entre sociedades industrializadas, la
escalada de armamento -que consiste en reproducir y contrarrestar
cualquier avanzada del enemigo- llevó a la industrialización de la
máquina de guerra, provocando una cantidad de bajas antes impensables.
La
Segunda Guerra Mundial extrajo de la experiencia de la
guerra de trincheras su aprendizaje: a las nuevas armas corresponden nuevas tácticas bélicas, como la
blitzkrieg, que causarán la eventual derrota de potencias militares como
Francia,
aferradas a una concepción de la guerra trasnochada. Durante los 6 años
de guerra siguientes se va a producir una vertiginosa competición
tecnológica, que no sólo afectará a las tres armas del ejército sino que
tendrá como objetivo a la población civil: De un lado, mediante
propaganda
-y la correspondiente contrapropaganda del enemigo-; de otro,
organizando bombardeos masivos sobre grandes concentraciones urbanas,
destinados no tanto a causar un daño al ejército enemigo como a
paralizar por saturación las vías de transporte.
[12] Las altas temperaturas alcanzadas, y el desplazamiento de masas de aire desplazado en consecuencia, provocaba las llamadas "
tormentas de fuego",
[13] que borraron ciudades enteras del mapa en cuestión de pocos días.
[14] El avión se diversifica en tareas de
cazas y
bombarderos, y se equipa de nuevas tecnologías (
Hispano-Suiza HS.404,
napalm,
radar y
propulsión jet) que multiplican su valor como arma bélica. La
Marina de guerra de todos los países incluye
submarinos, y hacia
1945 los
alemanes desarrollan
submarinos nucleares. El conflicto concluye con el uso de las armas más poderosas jamás utilizadas en una guerra:
Fat Man y
Little Boy.
[15
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