POZO Y COMPLENTOS
Un pozo es un agujero, excavación o túnel vertical que perfora la tierra, hasta una profundidad suficiente para alcanzar lo que se busca, sea una reserva de agua subterránea del nivel freático o fluidos como el petróleo. Generalmente de forma cilíndrica, se suele tomar la precaución de asegurar sus paredes con ladrillo, piedra, cemento o madera, para evitar su deterioro y derrumbe.
Los pozos tradicionales para recoger agua suelen emplazarse en el
entorno de las casas, bien en el patio de la vivienda o en la zona común
vecinal (plaza, encrucijada de calles), siempre y cuando se halle agua a
un nivel moderadamente profundo. Por seguridad y utilidad, el pozo se
rodea a nivel de superficie con un brocal, a modo de pretil o parapeto, sobre el que se instala una polea o un cigüeño,
para subir el cubo que contiene el agua extraída. También se le suele
colocar una tapadera para evitar que caiga suciedad al interior.
En las poblaciones donde, por filtración de aguas residuales, el
nivel freático puede estar contaminado y el agua del pozo ya no se puede
beber, puede seguir utilizándose para labores de limpieza y riego. En
la antigüedad y en el tercer mundo rural, cuando el pozo no es potable
se va a la fuente más cercana.
Los restos más antiguos de un pozo datan del siglo XII a. C. en Persia.
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